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lunes, 18 de marzo de 2019

¿En qué película vivimos: El mayor espectáculo del mundo o el show de Truman?

La reciente masacre que se ha producido en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, que han provocado la mayor matanza de la historia de Nueva Zelanda han tenido, entre otras consecuencias una relacionada con las redes sociales y su capacidad de retransmisión en directo. Uno de los terroristas retransmitió en vivo y en directo 17 minutos del ataque a través de Facebook live como si de un juego se tratase. Ese fue el tiempo que Facebook tardó en bloquear la cuenta del terrorista y que ha levantado gran polémica en todo el mundo.

Desde entonces ese vídeo se ha hecho viral y las redes sociales no son capaces de frenar su difusión. La primera pregunta que surge es: ¿Están las empresas tecnológicas haciendo lo suficiente para tratar de detectar este tipo de contenido? ¿Cuánto tiempo debe transcurrir antes de que lo eliminen?. La segunda es: ¿ Que palabras se asocian a la utilización de las redes sociales?




Las compañías tecnológicas "tienen un problema de moderación de contenido que está fundamentalmente más allá de la escala con la que saben cómo lidiar", dijo Becca Lewis, investigadora de la Universidad de Stanford y del grupo de expertos Data & Society. "Los incentivos financieros están en juego para mantener el contenido y el beneficio en primer lugar".

A pesar del horror de los disparos masivos de Nueva Zelanda a través de las redes sociales, es falso que cualquier medio de comunicación social lo describa como inesperado y lo critique demasiado. Según un análisis de BuzzFeed de 2017 , al menos 45 casos de violencia en vivo se han producido en Facebook Live desde su debut en 2015. Esto incluye palizas, asesinatos, violaciones y suicidios. Así como el pistolero de Nueva Zelanda usó las redes sociales para alentar más violencia y difundir propaganda racista, el ISIS es mucho más sofisticado en su uso y además está bien documentado la utilización de las plataformas de las redes sociales como una herramienta exitosa de radicalización y reclutamiento.




El caso de Nueva Zelanda, por ser el más reciente, es una magnífica introducción de lo que quiero expresar en este comentario y que se resume muy bien en la vieja película de Cecil B. de Mille : El Mayor espectáculo del mundo cuando  Bramen, director del circo e interpretado por Charlton Heston recuerda que el Show debe continuar tras ser acusado el payaso estrella Buttons (James Stewart) de asesinato y contratar a un trapecista, el Gran Sebastián, (Cornell Wilde) para sustituirlo (Aunque realmente la frase original se le atribuye a Charles Aznavour,). Pero ¿A qué espectáculo me refiero?. Para resumirlo de una forma rápida y gráfica utilizaré otra película, “El show de Truman”, dirigida por Peter Weir. En ets película, Truman Burbank (Jim Carrey), un hombre risueño que cree tener la vida perfecta, es, sin saberlo, el protagonista de un programa de televisión seguido por millones de espectadores. Las cámaras siempre han estado ahí, escondidas, al acecho y retransmitiendo en directo toda su vida. Al final lo descubre y decide escapar.



Ese es el mundo en el que creo que nos encontramos. Hoy en día se han convertido las noticias en un show mediático en el que lo que impera es el espectáculo de la transmisión y la atracción de televidentes, lectores, oyentes o navegantes (de los que surfean las redes sociales). La verdad de la noticia o su trascendencia es insignificante. Todo vale para justificar la máxima audiencia y el mayor ingreso por publicidad. Aunque realmente la imparcialidad nunca ha existido en la mayoría de los medios de comunicación, ya dijo Oscar Wilde que “Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor”, ahora lo que predomina es la manipulación de la noticia en aras del espectáculo y la audiencia, especialmente si se trata de catástrofes o crímenes violentos. No menciono otro tipo de noticias, como las políticas, porque en esas influya más la ideología y son más enjuiciables.



Si se repasan una gran mayoría de los casos que han sido más mediáticos en España en los últimos tiempos la sensación que siento al pensar en el tratamiento que le han dado los medios es realmente vomitivo. Por mencionar algunos de ellos: El asesinato de Diana Quer en Galicia, el asesinato de Gabriel en Almería, la muerte de Julen en el pozo en Málaga, el asesinato de la menor de Alcorcón, el accidente del Albia en Santiago, las diversas “manadas” que han surgido en varios puntos de España (aunque yo prefiero llamarlas jaurías) etc. Desgranando algunos de estos casos:

·     En el asesinato de Diana Quer resultó que el Barbanza es la capital española del narcotráfico y un lugar donde no se puede salir a la calle sin armadura. Al final, los medios tuvieron que pedir perdón y fueron criticados por el tratamiento que le habían dado al caso.
·    En el asesinato de Gabriel, se manipularon tanto las investigaciones – incluso se entrevistó a un periodista que decía ser amigo de la familia que en realidad no lo era – que hasta La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tuvo que hacer un requerimiento a Atresmedia y Mediaset tras recibir una queja sobre el tratamiento informativo del caso Gabriel.
·        En la muerte de Julen, actualmente en cartelera (sí, suena mal pero es así) en varias televisiones. Desde filtraciones interesadas del caso hasta entrevistas tendenciosas y manipulación de las declaraciones. No hay más que asomarse a alguna de las cadenas que lo maltrata y solo ayuda a crear confusión alrededor de lo que realmente pasó. Por cierto, ¿Tan difícil es saber quién filtra un sumario en un juzgado? En el caso Noos enseguida se investigó la filtración de la declaración de la InfantaCristina. Acaso en otos casos no interesa por qué así se permite una mayor distracción de los ciudadanos?

Si se amplía a otros casos internacionales y por ser la última, está la reciente masacre de Nueva Zelanda, donde, como ya se ha comentado al principio, las redes sociales han servido de transmisores y amplificadores del asesinato y de las publicaciones y comentarios previos al mismo que uno de los autores realizó en las mismas. Al fn y al cabo el seguimiento de las redes sociales es enorme en todo el mundo





En el fondo vivimos en un show de Truman permanente donde el mundo se ha convertido en un plató permanente en el que todo acto que pueda tener una audiencia y sea susceptible de convertirse en espectáculo se retransmite y se utiliza como distracción de la realidad. Es decir, se utilizan los medios para lo que los romanos utilizaban los circos, para mantener distraído al pueblo y que no se preocupasen de otros temas más trascendentes. Seguramente el  bombardeo de este tipo de programas y noticias espectáculo influye mucho en el éxito de series como “juego de tronos”, “los juegos del hambre”, “walking dead” o similares: platós dentro de platós. Al final, como sucedió en Nueva Zelanda al principio, no se sabe si se está asistiendo a la publicidad de una nueva serie o de un caso real. Orson Welles, en 1.938, ya demostró que esa confusión se puede conseguir en un caso que se puede considerar preludio de estos: la presunta invasión extraterrestre de la Tierra y que originó reacciones realmente increibles y que se han estudiado concienzudamente.




Para no alargarme más, ojalá que en un tiempo prudencial se pueda poner coto a semejante despropósito y que suceda como al final de la película de PeterWeir (lo siento si a alguien le estropeo el final) y  cuando Christof (el director de la película que Truman protagoniza e intepretado por Ed Harris) se exalta y le exige a Truman que hable ya que está en vivo para todo el mundo. Truman, después de pensarlo un momento, dice su famosa frase: «Y por si no nos vemos, ¡buenos días, buenas tardes y buenas noches!» y haciendo una reverencia frente a la cámara atraviesa la puerta hacia el mundo real. Es decir, que volvamos a  la realidad y que abandonemos al gran hermano que nos quiere tener aletargados y en un estado de atontamiento absoluto con esas noticias y emisiones.



Al final será como decía, otra vez Oscar Wilde,: "Il ne faut regarder ni les choses , ni les personnes. Il ne faur regarder que dans les miroirs, Car les miroirs ne nous montrent que des masques" (no hay que mirar ni a las personas ni a las cosas. Hay que mirar en los espejos. Pues los espejos solo nos muestran máscaras)

Y no podía acabar un artículo sobre el espectáculo debe continuar sin mencionar a Queen, ellos también cantaron "Show must go on", donde decían: 

Otro héroe, otro crimen sin motivo,

tras el telón, en la pantomima,
no cuelgue... ¿alguien quiere sujetar esto?
El espectáculo debe continuar,
el espectáculo debe continuar,
por dentro mi corazón se rompe,
mi maquillaje quizás se esté desconchando,
pero mi sonrisa todavía permanece