En los últimos meses hemos
asistidos a un espectáculo mediático realmente sobrecogedor relativo a las
jaurías, manadas o escraches. Desde Màxim Huerta
hasta los abusadores de los sanfermines pasando por los abucheos y acosos a los
políticos o personajes públicos que no comulgan con diversos ideales. Hace unos
meses, Màxim Huerta, recién nombrado ministro de
cultura presentó su dimisión en la cual dijo dos frases muy
interesantes: "Me voy para no permitir que el ruido de esta jauría parta el proyecto de Sánchez, que ha ilusionado a
tantas personas" y "Es estéril que lo aclare porque vivimos en
una sociedad ahogada por el ruido, por la descalificación y por la
desinformación interesada". En la segunda de las frases se refería al
hecho de tener que dimitir por algo absolutamente legal como pleitear contra
Hacienda por una diferencia de criterios a la hora de aplicar desgravaciones y
además habiendo perdido y pagado la cantidad reclamada y la multa
asociada.
Supongo
que casi ningún ciudadano español ha hecho lo mismo que Màxim Huerta, pleitear contra hacienda,
tráfico, la seguridad social u otros estamentos cuando ha considerado que la
reclamación que le hacía cualquiera de esos organismos era errónea o carecía de
fundamento. Baste como ejemplo que según el último documento publicado
por el Consejo para la Defensa del Contribuyente el
número de quejas y sugerencias presentadas por los contribuyentes
españoles ha subido un 70% en la era Rajoy. Si en 2012 se recibieron 10.794
reclamos o propuestas, en 2016 han sido 18.562 las llamadas de atención
remitidas a esta desconocida entidad. Además, Hacienda pierde
un elevado porcentaje de los pleitos que tiene con los reclamantes, variando según
las fuentes y los años, pero siempre por encima del 50%.. Claro que ya se sabe que los defraudadores lo son o no dependiendo del equipo en el que jueguen y los colores que se defiendan
Meses
antes, en 2016, apareció "la manada", unos delincuentes indeseables y
unos individuos de los que la sociedad debería prescindir para ser más justa
que abusaron sexualmente - de momento es la
condena que existe - de una joven durante las fiestas de San Fermín en Pamplona y que no era la primera vez
que lo hacían ya que existen antecedentes por hechos similares en
Pozoblanco.
Debe resaltarse que coincidiendo con la agresión de "la manada", se produjeron, entre otros, estos hechos: "Un grupo de
ocho menores agrede sexualmente y graba vídeos a varias niñas entre 12 y 17
años en un centro de acogida" o "los
padres de una menor de 15 años denuncian que su hija fue víctima de una
violación múltiple cometida por tres agresores, dos de ellos menores de edad".
(Datos extraídos de: Geoviolencia Sexual, que contabiliza las
agresiones múltiples (cometidas por dos o más agresores) desde 2016, año de la
agresión sexual paradigmática de "la manada"). Sin embargo sólo la agresión de
Pamplona mereció que se le dedicaran programas sin fin, rollos de papel de
periódicos o sesudas tertulias. Por supuesto, como en todos estos casos, los
participantes en dichos programas o los articulistas poseen amplios
conocimientos de anatomía, psicología, derecho, traumatología o psiquiatría
(incluso sin haber visto las imágenes de los vídeos que se emitieron a puerta
cerrada durante el juicio) y pueden emitir todo tipo de juicios de valor sin
que pase nada, digan la verdad o mientan a sabiendas de que lo hacen. Yo me
pregunto si quizá el perfil de los integrantes de "la manada" haya sido lo que ha
llevado a que este caso se haya hecho viral. (Aunque no sea el objeto de este
comentario, no voy a entrar a valorar la sentencia porque ni soy jurista ni me
he leído la sentencia con las pruebas y testimonios ni conozco el código penal con
detenimiento. Si digo que como ciudadano me parece realmente asombroso,
peligroso y repugnante que individuos de esta calaña puedan pasear libremente
por las calles y que si la culpa es del código pena, lo mínimo que se debe exigir es que se cambie dicho
código)
Coincidiendo
con la dimisión de Màxim Huerta se han producido otros casos curiosos, como que
la directora del programa en el que participaba haya entrado a valorar algunos
temas y no pensase que a lo mejor ella también debería haber dimitido - o haber
sido cesada - por apropiarse de la autoría de obras que plagió ("Sabor de hiel", plagio
reconocido de la obras "Mujeres de ojos grandes", de Ángeles Mastretta,
y "Álbum de familia", de Danielle Steel ) y de los que, según ella: "tuvo la culpa un ayudante de toda
confianza" (Les suena este argumento en algún caso actual?)
Yo
creo que existe un error de concepto importante en los temas de "la
manada" y "la jauría": Realmente "la jauría" sería
perfectamente aplicable a los abusadores - insisto, en estos momentos es lo
único que se les puede llamar en base a la sentencia - de Pamplona y "la
manada" sería mucho más aplicable a los corderos que siguen las
indicaciones de cualquier líder, vocero o parlanchín que utilizando una
demagogia barata y los amplificadores de redes sociales, programas amigos y
medios partidistas para provocar una dimisión o un escrache. En resumen, lo que decía Màxim Huerta en la segunda de las frases que figuran en el primer párrafo de este comentario. Un
ejemplo claro lo tenemos en esta frase de Pablo Iglesias: "Es una vergüenza pedir 25 años para Junqueras cuando los de La Manada han sido condenados a 9 años”, comparando ovejas con coches y sin entrar en el fondo de
la cuestión que es la idoneidad o equidad de la ley vigente. Yo podría decir que es una vergüenza que un
partido tenga de secretario general en Aragón y de secretario de organización nacional a un individuo que favorece la contratación ilegal, la economía sumergida y que hace obras sin pedir licencia, Es decir, un
individuo que ignora la ley
El
cine, que tiene ejemplos de muchas cosas muestra bien lo que es una jauría. En
1966 un jovencísimo Marlon Brando protagonizaba un film de Arthur Penn, "La Jauría Humana", un drama sobre lo peor del comportamiento humano: crueldad,
violencia y sexo. La violencia se va desplegando poco a poco, primero con
estallidos ocasionales después alcanzando el clímax de brutalidad en el que
todos sufren y todos pierden. Una obra maestra de cuan cobarde, ruin y
miserable puede llegar a ser el género humano escondido entre la multitud,
amparado por la masa
La
degradación moral de la sociedad es magníficamente radiografiada a través de
los personajes de un pequeño pueblo de Texas en plena fiebre del sábado noche.
Lucha de clases, envidias, crisis matrimoniales, culto al dinero... todo va
embruteciendo.
Lo
malo es que la frase antológica que pronuncia el Sheriff Calder (Marlon
Brando): "Lo mejor de las buenas resoluciones que se toman el sábado por
la noche es que se olvidan con la resaca del domingo por la mañana." es
una profecía: Cada vez hay más resacas y menos buenas resoluciones y más casos parecidos al protagonizado por los abusadores de Pamplona.
El
caso de "la manada" lo retrata de manea inigualable la obra maestra
de Mankiewicz "Julio César", curiosamente también protagonizada por
Marlon Brando como Marco Antonio. Tras el asesinato de César por Bruto y Casio,
basta un demoledor discurso de Marco Antonio para que todos aquellos que
habían apoyado el asesinato se vuelvan en contra de los asesinos. Es una
demostración insuperable de los efectos de lo que un demagogo puede
causar en una masa sin pensamiento propio. Decía Marco Antonio: "Buenos amigos, apreciables
amigos, no os excite yo con esa repentina explosión de tumulto! Los que han
consumado esta acción son hombres dignos. ¿Qué secretos agravios tenían para
hacerlo? ¡Ay! Lo ignoro. Ellos son sensatos y honorables, y no dudo que os
darán razones. ¡Yo no vengo, amigos, a concitar vuestras pasiones! Yo no soy
orador como Bruto, sino, como todos sabéis, un hombre franco y sencillo, que
amaba a su amigo, y esto lo saben bien los que públicamente me dieron licencia
para hablar de él. ¡Porque no tengo ni talento, ni elocuencia, ni mérito, ni estilo,
ni ademanes, ni el poder de la oratoria, que enardece la sangre de los hombres!
Hablo llanamente y no os digo sino lo que todos conocéis. ¡Os muestro las
heridas del bondadoso César, pobres, pobres bocas mudas, y les pido que ellas
hablen de mí! ¡Pues si yo fuera Bruto y Bruto fuera Antonio, ese Antonio
exasperaría vuestras almas y pondría una lengua en cada herida de César, capaz
de conmover y levantar en motín las piedras de Roma!"
Sin duda la actuación de Marlon Brando y el discurso de Marco Antonio (en versión de Shakespeare) merecen que se inserte el vídeo del mismo porque es realmente una obra maestra.
Creo
que la conclusión es obvia y que para combatir “una sociedad ahogada por el
ruido, por la descalificación y por la desinformación interesada” se necesita
mucha educación y formación que permita que cada persona sea capaz de decidir
por si mismo en base a unos ideales propios y no ser un cordero que guarde
silencio hasta el mismo matadero, Será nuestra sociedad capaz de conseguirlo en
algún momento? o pasará como se comenta en Fahrenheit 451 de Ray Bradbury: "Aquí o allí, es fatal que ocurra. ¿Clarisse
McClellan? Tenemos ficha de toda su familia. Les hemos vigilado cuidadosamente.
La herencia y el medio ambiente hogareño puede deshacer mucho de lo que se
inculca en el colegio. Por eso hemos ido bajando, año tras año la edad de
ingresar en el parvulario, hasta que, ahora, casi arrancamos a los pequeños de
la cuna. Tuvimos falsas alarmas con los McCIellan cuando vivían en Chicago.
Nunca les encontramos un libro. El historial confuso, es antisocial. ¿La
muchacha? Es una bomba de relojería. La familia había estado influyendo en su
subconsciente, estoy seguro, por lo que pude ver en su historial escolar. Ella
no quería saber cómo se hacía algo, sino por qué. Esto puede resultar
embarazoso. Se pregunta el porqué de una serie de cosas y se termina
sintiéndose muy desdichado. Lo mejor que podía pasarle a la pobre chica era
morirse."
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