En el año 2018 el término microplástico
fue seleccionado como palabra del año por la Fundación BBVA.
Tras escoger escrache en 2013, selfi en
2014, refugiado en
2015, populismo en 2016 y aporofobia en
2017, el equipo de la fundación optó en esa ocasión por un término que ponía
el acento en la toma de conciencia en torno a uno de los grandes problemas
medioambientales a los que se enfrenta la humanidad.
© NATURE; FUENTE (instrumentos y costes): S. PRIMPKE ET AL. APPL. SPECTROSC. n.o 74, págs. 1012–1047, 2020. |
Actualmente existen dos
clasificaciones de microplásticos:
·
Microplásticos primarios, que son
fabricados específicamente para ser utilizados en productos. Por ejemplo,
exfoliantes, dentríficos, productos de limpieza
·
Microplásticos secundarios que son aquellos
que se degradan o separan de otro material, ya sea por un proceso de deterioro
o de deshechos plásticos más grandes. Por ejemplo, las microfibras que se
desprende de fibras textiles
· Los nanoplásticos pueden originarse a partir de materiales de ingeniería (por ejemplo, en electrónica, los revestimientos de cables o en los chips) o pueden formarse durante la fragmentación de desechos microplásticos.
¿Por qué son tan famosos los microplásticos y cuál es el origen de su mala reputación? Copiando lo que se indica en el informe “Microplásticos y nanoplásticos”, publicado en 2021 por la agencia española de seguridad alimentaria y nutrición, perteneciente al Ministerio de Consumo, se indica lo siguiente: “En el año 2014 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un informe sobre las actividades en riesgos emergentes que se llevaron a cabo durante esos años (Update on EFSA’s activities on Emerging Risks 2012-2013). En ese informe se identificó a los microplásticos y nanoplásticos como un nuevo riesgo emergente, sin embargo, también quedó patente la falta de información científica disponible al respecto. En 2016, y a raíz de una solicitud del Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR), el Panel de la EFSA para Contaminantes en la Cadena Alimentaria (CONTAM) emitió una Declaración sobre la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, con especial énfasis en los productos del mar (Presence of microplastics and nanoplastics in food, with particular focus on seafood)
Esta declaración incluía, por
primera vez, información relativa a los aditivos de los plásticos y a los
contaminantes químicos que pudieran transferirse desde estas partículas
plásticas a los tejidos comestibles, a la vez que realizaba una estimación de
la exposición de la población. Empleando un enfoque conservador, es decir,
usando la mayor concentración de estos peligros químicos analizada en el
estudio y el mayor dato de consumo de ese alimento, EFSA concluyó que la
presencia de microplásticos en los productos de la pesca, los más afectados,
tendría un escaso efecto en la exposición total de los consumidores a los
aditivos plásticos y contaminantes, que ya de por sí son objeto de una amplia y
estricta legislación en la UE sobre sus niveles máximos permitidos en los
alimentos. No obstante lo anterior, la principal recomendación que se realizó
en ese informe fue la necesidad de desarrollar mejores métodos analíticos y
lograr su estandarización, a fin de evaluar la presencia, identidad (incluida
la forma) y cuantificar la cantidad de micro y nanoplásticos en los alimentos.
También se solicitaba la generación de datos de presencia en los alimentos para
poder evaluar así, de una manera precisa y real, la exposición de los
consumidores europeos a través de la dieta.
El informe técnico más
reciente de EFSA que recoge información sobre este tema se publicó en junio de
2017 (Horizon
2020: EFSA’s Priority Research Topics). Este informe resume el ejercicio de
consulta realizado en 2016 sobre temas de investigación prioritarios. En él se
identificaron cinco temas prioritarios en el área de seguridad alimentaria,
destacándose en primer lugar, la presencia de partículas microplásticas y
nanoplásticas en los alimentos. Así pues, si bien la presencia de estas
partículas en los alimentos está ya identificada como un riesgo emergente en la
UE, existe todavía una falta de información sobre los mismos, y en particular,
sobre su toxicidad y toxicocinética. Por eso son tan necesarios los programas
de investigación para una evaluación exhaustiva del riesgo, ya que están destinados
a generar datos sobre la presencia y posibles riesgos para la salud de estos
plásticos de ínfimo tamaño presentes en los alimentos”
Pero el tema de los plásticos va
mucho más allá de los microplásticos . Por ejemplo, en 1970 durante los viajes
en las embarcaciones de papiro RA1 y RA2, Thor Heyerdahl a lo largo del Atlántico,
con vio tantas botellas de plástico, envases y otras basuras que las corrientes
habían arrastrado al centro del océano que hubo días en que los tripulantes no
se decidían a lavarse debido a todas las inmundicias que flotaban en el agua.
Aun más, durante la travesía la tripulación comandada por él recogió muchas
muestras de contaminación oceánica hecha por el hombre. Estas muestras
sirvieron de pruebas para sustentar un reporte y una condena presentada en las
Naciones Unidas.
Los plásticos, en función del
tamaño, se pueden clasificar como:
© Proyecto EPHEMARE.. Presetación
Ricardo Beiras. |
Según datos de
la asociación Plastics Europe, en 2019 la producción de plásticos en el
mundo alcanzó los 368 millones de toneladas, nueve toneladas más que en el año
anterior. En Asia se produjeron algo más de la mitad de los plásticos del mundo
(un 51%). China, que en 2019 fue el país que más residuos plásticos
de un solo uso generó, fue responsable del 31% de la
producción mundial de plásticos, fabricando 82 kg per cápita, mientras que
Japón, con solo el 3% de la producción mundial, logró producir 88 kg. En los
países del TLCAN (actual T-MEC), es decir, Canadá, Estados Unidos y México,
solo se produjo el 19% del plástico mundial en total. Sin embargo, esto
equivale a 141 kg per cápita, la cifra más alta por persona.
Y la producción de plástico ha tenido la siguiente evolución:
Producción mundial plástico |
Un informe del Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) califica la
actual contaminación del planeta causada por el plástico como una “crisis
mundial” y propone que se actúe rápidamente y de forma coordinada para atajar
este problema, porque “es urgente reducir la producción mundial de plástico y
de residuos plásticos en el medio ambiente”.
Para hacerse una idea del problema basta una cifra apenas
comprensible para nuestras cabezas: aproximadamente 7000 millones de los
9200 millones de toneladas de producción acumulada de plástico entre 1950 y
2017 se convirtieron en residuos plásticos, tres cuartas partes de los
cuales fueron desechados y depositados en vertederos formaron parte de flujos
de residuos incontrolados y mal gestionados o fueron vertidos o abandonados en
el medio ambiente, incluso en el mar. El documento destaca que el
plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y advierte
que, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se
triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas.
Esto significa alrededor de 50 kilogramos de plástico por metro de costa en
todo el mundo. En consecuencia, todas las especies marinas, desde el
plancton y los moluscos, hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se
enfrentan a riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento,
inanición y asfixia. Los corales, los manglares y los pastos marinos además
están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz. Este es un riesgo mucho más
importante que el de los microplásticos y que ya ha originado la creación de
las denominadas “islas de plástico”. Una isla de plástico
consiste en una agrupación de residuos no biodegradables, en su mayoría
plásticos que flotan y que se acumulan y forman extensas balsas flotantes de
basura en la mayoría de los océanos. |
Está claro que esto es un
problema global muy serio, puesto que nos incumbe a todos los países del
planeta. Una botella de plástico que cae al mar, puede acabar en la otra parte
del mundo a lo largo de los años. Actualmente existen cinco islas de
plástico en el planeta:
Isla del Océno Pacifico norte:
La isla más grande del mundo
localizada al norte del Pacífico, entre California y Hawaii, se estima que mide
unos 700.000Km2 a 15 millones de km cuadrados y contiene alrededor de 100
millones de toneladas de basura distribuida entre la superficie y el fondo.
Isla del Océano Pacífico sur
Situada delante de las costas de
Chile y Perú, es 8 veces mas grande que Italia. Hay estudios que indican que
esta isla es un fragmento de la isla situada en el Pacífico Norte.
Isla del Océano Atlántico
Norte
Esta isla, la segunda más grande,
se va desplazando de Norte a Sur debido al fenómeno conocido como «El Niño», el
cual provoca una alteración en la atmósfera y en el océano causando desde
sequías hasta lluvias intensas y un aumento de la temperatura del mar.
Estacionalmente su localización varia unos 1600km. Esta isla está compuesta de
basura similar a las localizadas en las zonas del Océano Pacífico e Índico.
Isla del Océano Atlántico Sur
En el Atlántico Sur, encontramos
la otra isla, una de las más pequeñas, que se mueve a través de la corriente
del Atlántico Sur. Situado entre América del Sur y el sur de África. No
hay mucha información sobre ella y por lo general no es interceptada por las
rutas comerciales.
Isla del Océano Índico
El océano Índico es el que menos
cantidad de seres vivos tiene debido a la baja concentración de fitoplancton,
pero contiene la mayor biodiversidad marina de los océanos. Recientemente se ha
descubierto otra isla de residuos plásticos relacionada con las corrientes y el
giro oceánico que la rodea. Es menor que las mencionadas, esta contiene un
número más elevado de partículas de polímeros y substancias químicas. A
diferencia del resto se trata de una mancha discontinua de basura compuesta
principalmente por microplásticos suspendidos en la columna de agua y en
la superficie del mar.
Principales giros oceánicos de los océanos del mundo, con las principales islas de plástico |
Y solamente en una de ellas, la del Océano Indico presenta una mayoría de microplásticos.
Las cinco islas mencionadas
anteriormente son las documentadas, pero la realidad es que se han detectado
otras más pequeñas como es el caso del Mar Mediterráneo. El Mediterráneo es una
cuenca semicerrada por el que el agua que se encuentra en el mar tarda
alrededor de 100 años en salir al Océano Atlántico. Alberga cerca del 7,5% de
la vida marina del planeta que conocemos. Es una de las zonas más transitadas e
investigadas del mundo, gracias a esto se ha podido detectar la existencia de
una gran mancha de residuos.
Por otro lado en el 2013 se
detectó una pequeña isla de basura en el Ártico, en el mar de Barents, cerca
del círculo polar Ártico. Los residuos que componen esta última provienen de
Europa y de la costa de América del Norte, que se desplazan a lo largo de las
corrientes oceánicas hasta el norte de Noruega.
Pero la realidad es que no se
puede asegurar las dimensiones de estas islas ya que se hace muy difícil
acceder a ellas con barco o cualquier otro tipo de instrumental, debido a que
estos plásticos dañan las hélices. Tampoco se puede saber la medida exacta
mediante fotografías con satélites porque no todos estos plásticos están
flotando en la superficie, por lo que no se define una mancha sólida a tanta
distancia. Por otro lado, son islas inestables que van a la deriva
relativamente, por lo que pueden variar unos kilómetros de posición debido a
los vientos, corrientes y temporales. Una cosa es segura y es que la cantidad
de plásticos aumenta a medida que pasan los meses.
Estas islas de plástico son el
peor enemigo de la vida en el planeta. Estos plásticos y microplásticos son
ingeridos por los animales más pequeños que se alimentan cerca de la
superficie, los cuales después son engullidos por sus depredadores de mayor
tamaño (ciclo de la cadena alimenticia, el grande se come al pequeño), que
también acaban afectados.
Además, en muchos de los
equipos de pesca o redes fantasma abandonados, quedan atrapadas ballenas,
tortugas, focas y todo tipo de animales. Se calcula que cada año los plásticos
perjudican a 100.000 animales marinos.
A esto se le añade que estos fragmentos plásticos desprenden substancias tóxicas que afectan al agua y a los seres vivos que la habitan, y en consecuencia se introducen en la cadena trófica y pueden acabar en la dieta.
Análisis recientes demuestran que
hay zonas donde se encuentra más concentración de plásticos que de plancton, ya
que la gran concentración de plásticos
imposibilita la vida del fitoplancton (plancton fotosintético). El
estudio de la Universidad James Cook reveló que esta menor capacidad de
reproducción es debida a la ingestión de plástico y que se transmite hasta las
generaciones siguientes aunque estas no se hayan alimentado con este material. “Vimos
que las siguientes tres generaciones de plancton que no fue expuesto a
plastificantes no eran capaces de mejorar el nivel reproductivo de sus
progenitores expuestos a plastificantes”, indicó la líder de la
investigación, Lynne
van Herwerden, en un comunicado.
“Fue interesante ver el
impacto multigeneracional de los plastificantes desde el punto de vista
científico, pero perturbador cuando uno considera las implicaciones”,
añadió.
Desgraciadamente las cantidades
de desechos vertidos al océano aumentan excepcionalmente cada año y se expanden
a una velocidad vertiginosa. Si no se remedia el uso del plástico monouso para
2050 existirá más plástico que peces en el mar.
Un buen resumen de la contaminación por plásticos y sus consecuencias está en este vídeo de la Universidad de Vigo, presentado por el profesor Ricardo Beiras, gran especialista en el tema.