La repetición de atentados
(masacres) como el sucedido esta semana en París me llevan a reflexionar tanto
sobre el por qué se producen como sobre las consecuencias y efectos de los
mismos. Hasta ahora la secuencia – ya
sea Nueva York, Madrid, Londres o París –
es siempre la misma: Unos asesinos cometen un acto criminal de
terriblemente trágico, con numerosas víctimas inocentes y que además tanto por su crueldad como por su magnitud
tiene una enorme repercusión mediática y de alteración de la vida de los ciudadanos.
Esta alteración de la vida cotidiana no se produce sólo en el país que sufre el
atentado sino en todos aquellos que tienen un sistema de vida común o similar
al atacado y están dentro del mundo occidental.
Es evidente que aunque sólo sea
por las consecuencias en la alteración de la vida de millones de personas, los
que realizan y planean estos actos han conseguido buena parte de sus objetivos.
Además consiguen instaurar el estado del miedo y del pánico – a esto ayuda mucho el
comportamiento tanto de los políticos como de los medios de comunicación que
convierten las masacres en su único tema de vida durante el mayor tiempo
posible ya que les asegura votos, audiencia, presencia, reconocimiento,
etc - . Al fin y al cabo esos son los
objetivos de todo acto terrorista y lo que la diferencia de la guerra. Como
dice una socorrida presentación de Arthur H. Garrison, (LP.D.
Assistant y Professor of Criminal Justice) “…la
guerra busca conquistar territorios y capturar ciudades; El terrorismo busca
dañar a poca gente y asustar a mucha gente con el fin de llamar la atención”.
Como diría Hitchcock: “Colocando el
horror en las mentes de la audiencia, y
no necesariamente en la pantalla”
Como consecuencia del punto anterior
ya aparecen algunas de las diferencias ostensibles entre las matanzas. ¿Hay
masacres de primera división y masacres de regional?. ¿Tiene la misma
importancia y significado una matanza en Europa o en Estados Unidos que una en el
Noreste de Nigeria? ¿Hay ciudadanos más importantes que otros? En el gráfico que inserto a continuación se comprueba que el mayor número de atentados ha sido en 5 países: Irak, Afganistán, Pakistán, Nigeria y Siria. Aunque sean países que están en guerra seguro que por ninguno de ellos nos hemos asustado ni hemos tenido a los medios durante días siguiéndolos ni abriendo todos los informativos del día
Desde el año 2000 en los países
de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), en la
que se encuentran los países más desarrollados, se contabilizaron 3.151 atentados,
el 7% del total mundial, que causaron 4.861, con el 5% del total de víctimas
mundiales (hay que tener en cuenta que sólo los atentados del 11S en Nueva York de 2001
causaron casi 3000 muertes).
Número de muertos causados por organizaciones yihadistas desde el año 2001 |
También estas masacres deberían
llevarnos a reflexionar sobre cuál es el comportamiento que está manteniendo
“el mundo libre y civilizado” en diversas partes del planeta y si muchos de los
problemas actuales no están derivados de intentar imponer unos valores
educativos, culturales y de comportamiento a sociedades que ya tienen los
suyos. Esos valores, en muchos casos no son ni mejores ni peores, son
diferentes y como tal hay que admitirlos. ¿Estamos caminando en pasos
agigantados hacía el mundo feliz que proponía Huxley?. ¿El próximo paso será
fabricar seres humanos según las necesidades? ¿Habrá castas alfas, betas y hasta epsilones o se asignarán
esos roles en función de dónde se haya nacido y de las creencias de cada uno?
Sin embargo, asumiendo lo
anterior en toda su extensión, también es cierto que al igual que nosotros, los habitantes del primer mundo, debemos respetar las formas de vida y las costumbre de otras sociedades, los miembros de éstas deben de respetar las de las nuestras y si nosotros nos tenemos que
adaptar a su manera de vivir cuando estamos en sus países, ellos deben de
adaptarse a nuestra forma de vivir cuando vienen a los nuestros y si no son capaces de adaptarse a las costumbres del país que los recibe que no emigren.. Si Quino lo dibujó a la perfección, es la mutua adaptación
Un francés ilustre, Jean-Jacques Rousseau,
en el año 1762 publicó una obra maestra: El Contrato social, donde se puede leer en el capítulo VI del
Pacto social: “Encontrar una forma de
asociación capaz de defender y proteger, con toda la fuerza común, la persona y
los bienes de cada uno de los asociados, pero de modo tal que cada uno de
estos, en unión con todos, solo obedezca a sí mismo, y quede tan libre como
antes». Este es el problema fundamental, cuya solución se encuentra en el
contrato social.” Es decir, una
sociedad se crea para defender el conjunto de valores de los individuos que la
componen, forman y definen. Quiero decir con todo este rollo, que la
capitulación europea a
reconocer su tradición cristiana en su constitución
y sus valores tradicionales en función de unos mal llamados derechos civiles y un mal entendido laicismo ha
tenido como consecuencia que ha provocado permitir algunas actitudes o
comportamientos que deberían haberse prohibido desde su origen. (Y reconocer la
tradición cristiana no implica reconocer una religión sino un modo de vida y unos
valores en los que se basó la creación de la sociedad occidental como por ejemplo la familia). La
permisividad con esos comportamientos y actitudes ha provocado fragmentaciones,
divisiones y aislamientos en las sociedades. Éstas, a su vez, se han convertido en el caldo que
ha alimentado los radicalismos y en la cuna de muchos de los que comenten actos
punibles. Unos ejemplos: Uno, las mismas personas que en Francia acaban de votar el
estado de excepción y los bombardeos de castigo sobre Siria son las que se abstuvieron
en la votación sobre el uso del burka. Dos, se permite predicar en mezquitas
españolas a imanes que lo
tienen prohíbido hasta en países musulmanes como a Homar Hadouchi. Tres, se permite vivir y predicar a reconocidos
ideólogos y activistas
como Abu Qatada en Londres durante años.
No se
puede olvidar que la mayoría de los actos criminales provocados por radicales
están cometidos por personas nacidas en los países
en que los cometen y casi siempre de segunda generación, personas que se han criado muchas veces en suburbios de los cuales nunca se ha preocupado realmente la clase política más allá de los discursos electorales o la búsqueda de votos y en la que los medios de comunicación sólo entra para hacer docubasuras sobre lo peor que sucede en ellos ya sea relacionado con drogas, violencia o pandillas. Hay un libro, precisamente escrito por un francés, Marc Hatzfeld, "la cultura de los suburbios" donde se explica muy bien una parte del problema y de como podría acometerse una revolución ordenada de esos suburbios para evitar muchos de esos fundamentalismos. Se puede resumir en: "admitir que la sociedad de las poblaciones periféricas disfruta de una riqueza
que le es propia, que dispone de recursos originales, que puede hacer
contribuciones a la riqueza global del país invirtiendo sus recursos, aportando
sus talentos y cualidades específicas, su historia, sus pericias particulares, e
incluso su peculiar agudeza visual asociada a su postura"
Para acabar, las personas –
por llamarles de alguna forma – que han cometido estos atentados no son
terroristas, son asesinos y como tal se les debe de juzgar y tratar. Tanto a
los que han cometido los asesinatos de París como a los que antes lo hicieron
en Nueva York, Madrid, Londres, Nigeria, Kenia, Tunez, Turquía, Egipto o Sudán.
Cuando se les juzgue, si llega el momento, se les debe juzgar como asesinos, al
igual que se juzgó a los nazis en Nuremberg y olvidarse de falsas
consideraciones morales. Las alimañas no
tienen sitio en la sociedad y como tal deben estar apartadas de la misma.
No he querido tocar el tema de
la religión para no mezclar física y metafísica. Sólo un comentario al
respecto, las tres grandes religiones monoteístas del planeta tienen los mismos
profetas mayores: Noé, Abraham y Moisés. Jesús es reconocido en el judaísmo y
en el Islam como un profeta y en el cristianismo como el Hijo de Dios. Si los
orígenes y el mensaje es el mismo en esencia seguro que ninguna de las tres
religiones tenga entre sus mandamientos matar al prójimo. Por tanto lo de
matanzas en nombre de Allah carece de tanto sentido como las matanzas de la
Inquisición en nombre de Dios. Creo que el Papa Francisco lo resumió
perfectamente: “Deseo volver a afirmar
con vigor que el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de
la humanidad y que utilizar el nombre de Dios para justificar este camino ¡es
una blasfemia!”
Dear Little Planck, el alegato que haces al modelo 'cristiano' (católico-apostólico-y-romano, añado yo, como lo estudiábamos en nuestra época) me causó un ligero malestar estomacal. A pesar de que, como mencionas al final, ninguna de las grandes religiones (no solo las monoteístas) promulga el asesinato, la verdad es que todas lo utilizaron, y todas cuentan con un largo reguero de sangre. Por eso soy incapaz de admitir un modelo cristiano (o cualquier otro con un trasfondo religioso) como una solución para la igualdad social.
ResponderEliminarPero lo que de verdad me preocupa estos días es la respuesta de los mandatarios, que en el caso de Francia es casi una copia de lo que hizo Bush (a pesar de en los últimos años se había repetido por activa y por pasiva lo errónea que fue). Una vez más los terroristas se pueden apuntar una doble victoria:
a) Por un lado el número de muertes y la exclusividad mediática que vienen disfrutando
b) En segundo lugar la reacción de los dirigentes: guerra (dejan de ser terroristas y pasan a ser guerreros), recorte de libertades, más fuerzas de represión, más segregación, ...
El ser humano tiene una gran capacidad para caer en los mismos errores una y otra vez!
Buenas tardes. Es cierto que en nombre de la religión se han cometido verdaderas atrocidades quizás igual que en nombre de la libertad y tampoco creo que la libertad sea la culpable.Junto a los nacionalismos quizás sean las tres palabras que han provocado un mayor número de muertes. Eso solo indica que los humanos entendemos mal algunas cosas. Yo si imagino un modelo basado en la libertad o en respeto al prójimo como una solución, pero quizás sea difícil de encontrar.
ResponderEliminarEn cuanto a la segunda parte, totalmente de acuerdo contigo. Es lamentable la respuesta de los medios de difamación y los políticos. Poreso la próxima entrada será: Estado de emergencia o estado de miedo? A quién le conviene?
Por cierto, ya que has mencionado a Planck; si lees el discurso Religión y ciencia que está publicado en la Autobiografía científica de Max Planck entenderás mejor mi idea de Dios.
Saludos y gracias por opinar