El pasado 12 de noviembre murió
Stan Lee, que junto a los dibujantes Jack Kirby y Steve Ditko creó a la mayoría
de superhéroes de la factoría Marvel. Su muerte me hace retroceder muchos años,
hasta 1973, cuando mi hermano y yo, hartos de leer al Jabato, al Capitán Trueno
y al Guerrero del Antifaz un día descubrimos en nuestra kiosko favorito de la
época, el ya extinto Ca l’agapito de Montblanc unos cómics con tapa de cartón,
portada en color e interior en blanco y negro, publicados por Ediciones Vértice
que tenían a unos señores muy poderosos como protagonistas y que eran muy
amenos y divertidos. El primer cómic que compramos fue uno protagonizado por el
Capitán Márvel y que se titulaba:
Desde aquel comic nos volvimos
adictos a Thor (mighty Thor), Los Vengadores, Los Cuatro Fantásticos o el
Hombre de Hierro (entonces nadie los llamaba Iron Man, Fantastic Tour o The
Avengers, eran otros tiempos. Como mucho aparecía en letra pequeña debajo del título
y con una foto pequeña del protagonista en la esquina superior izquierda de la
portada).
Después ya vinieron las ediciones
en color, desapareció Vértice y se complicaron las historias. Pero hoy me
encanta recordar aquella época en la que en esos comics leímos por primera vez
palabras como agujeros negros (se querían “comer a Asgard”, espacios y
dimensiones paralelos, viajes en el tiempo (Kang, Inmortus), Limbos (Mantis),
extraterrestres (los Kull y los Kree), magia negra (Dr. Extraño y Dormammu),
rayos cósmicos (cuatro fantásticos), mutantes (patrulla X), La Eternidad, etc y tantas otras.
Muchas de esas palabras que ni entendíamos ni habíamos oído nunca nos llevaron
a otro tipo de lecturas y nos ayudaron en nuestra formación.
La Eternidad |
Después, con el paso de los años,
nuestra colección pasó a manos de un primo, Carlos, que probablemente hoy tenga
una de las mayores colecciones de Márvel de toda España… y que la conserve
muchos años
Pero como Stan Lee – y más tarde
Ray Thomas – marcaron y nos acompañaron durante parte de nuestra vida no podía
dejar pasar este momento sin agradecerlo todo lo que hizo volar nuestra
imaginación y todo lo que nos obligó a leer para intentar entender aquellos
comics.
En su memoria este corto vídeo de su obra: