Hace ya unos años, en el 2010, Michael Crichton publicó una interesante
novela, "El estado del miedo", obra que cuestiona el consenso científico existente en torno al calentamiento global
de origen antropogénico y que desató una gran polémica y que fue recibida ferozmente por los sectores
ecologista. Además, en esa misma década se publicaron otros libros
sobre el mismo tema, "El ecologista escéptico", 2005, de Bjorn
Lomborg que se puede resumir en que algunas entidades presuntamente
ecologistas manejan los datos de forma incorrecta para transmitir una
letanía negativa que crea un terror colectivo yaa ello ayudan los medios de
comunicación, pues la catástrofe vende más que la estabilidad. También
en "Planeta azul (no verde)", de 2007, de Václav
Klaus se había cuestionado lo que se podría denominar la «tiranía
ecologista». Este es el ejemplo de tres obras que se han realizado no
contra el cambio climático sino contra la teoría conspiratoria del cambio climático. Y aquí
entro en lo que realmente quiero abordar, la conspiración o manipulación continua de hechos que
suceden en nuestra sociedad y que el sensacionalismo, la desinformación y la
codicia reinantes los aprovechan para arrimar la sardina a su ascua.Tenemos muchos ejemplos de estos casos, desde los muy
manidos o más recientes como que beber agua clorada o comer carnes procesadas
produce cáncer, hasta otros como los efectos catastróficos de los naufragios de
petroleros pasando por las amenazas pandémicas de enfermedades como la gripe aviar o el
ébola
- Caso del Prestige. El 13 de Noviembre de 2002, el petrolero "Prestige" se hundió frente a las costas gallegas causando un terrible impacto en el medio ambiente no solo gallego sino de todos aquellos puntos a los que llegó parte del vertido. En aquellos días se hicieron predicciones como que los efectos durarán más de 25 años, nunca se podrá recuperar el ecosistema, etc. La realidad es que 10 años después de aquel desastre prácticamente no quedaban efectos del mismo.
- Caso de alertas alimentarias: Caso de la carne procesada. Hace algo más de un mes, la mayoría de los medios de comunicación tuvo entre sus titulares la noticia de que "La OMS alerta del riesgo de cáncer por el consumo de charcutería". Este caso es similar a otro que dice que el consumo de agua clorada produce cáncer. La verdad es que me gustan más afirmaciones como la que publicó en 1.997 Life magazine declarando: "The filtration of drinking water plus the use of chlorine is probably the most significant public health advance of the millennium" (La filtración del agua conjugado con el uso del cloro es probablemente el avance de mayor significado de salud pública del milenio) o como las que hablan de los beneficios del consumo de carnes rojas.
- Caso de alertas sanitarias. Con la aparición de los primeros casos de gripe aviar, tanto los medios de comunicación como determinadas organizaciones volvieron a lanzar sus apocalípticas predicciones: amenaza pandémica, millones de muertos, etc.. Exactamente lo mismo se podría comentar de la primera aparición de casos de ébola en Europa y USA. Sin embargo, la gripe aviar no ha sido una de las plagas de Egipto y en cuanto el virus del ébola ha llegado a Europa y USA, enseguida ha empezado a descubrirse que existe tratamiento. Es muy probable que el problema sea que mientras estaba confinado en África el interés por combatirlo era menor.
Con estos ejemplos, quiero llegar a que alguien o algunos nos quieren llegar a convencer
de que vivimos en un estado de emergencia tal que tenemos que ser controlados,
vigilados y adiestrados en todos y en cada uno de los aspectos y momentos de
nuestra vida cotidiana. Además, el miedo y el sensacionalismo venden más que las buenas noticias y en la lucha por las audiencias y la venta de periódicos todo vale.
En temas climáticos. Si en invierno nieva alerta
porque nieva y se paran colegios, se restringen los transportes, etc. Si llueve
a chuzos, alerta porque llueve y se paran colegios. Si llega una tormenta
fuerte con viento, perdón, una ciclogénesis explosiva, entonces parece que
llega el día del juicio final, debemos de atrincherarnos en casa con
provisiones por si tenemos que estar dos días aislados del mundo. Es curioso,
el huracán más importante que ha sufrido Galicia, el “Hortensia” nunca pudo
ser una ciclogénesis explosiva; seguro que está tan decepcionado y triste que
nunca volverá, como las golondrinas de Bécquer. En verano, si la temperatura
supera los 30º el salir de casa es motivo de multa si no se hace vestido de
tuareg y con varios litros de agua so pena de quemarse cual churrasco en
barbacoa (Dios, quemado y siendo fuente de cáncer a la vez…). La verdad es que
en invierno lleva muchos años haciendo frío y con condiciones mucho peores de
vida y no ha pasado nada, en esos sitios están acostumbrados a ese clima, es lo
que han vivido durante generaciones. Exactamente igual en el caso de las altas
temperatura y el calor, donde se llega a temperaturas superiores a los 35º
también están acostumbrados, han nacido con ese clima y lo llevan
maravillosamente. ¿Llegaremos alguna vez a esto?:
Y para acabar un somero repaso a algunas
de las alertas infundadas que han tenido un inmenso peso en la sociedad, en el
comportamiento de los dirigentes y en la exageración de los medios de
comunicación. ¿Quién se puede olvidar del famoso “efecto 2000”,
que iba a provocar las mayores desgracias conocidas en la historia del Planeta,
desde la caída de aviones en pleno vuelo, hasta el fallo global de las comunicaciones? Al final lo de siempre, nada de nada y un pelotazo para las compañías
informáticas, sus asesores y para las consultoras.
En temas de política. Es el caso más
reciente, los atentados de París han vuelto a demostrar que a los políticos y
medios les interesa mucho más el sensacionalismo que la realidad y los
ciudadanos. En España, los medios de comunicación tras un primer día de actuación nefasto
(sólo una cadena de televisión cortó su emisión para seguir la actualidad)
empezaron a enviar a sus primeros espadas a París para que informaran en
directo, con más dolor que fortuna en la mayoría de los casos y pasando de la
nada al todo; de no cortar emisiones y seguir con su programación a una
sobresaturación y repetición continua de las noticias y las imágenes. Los
políticos pues exactamente el mismo comportamiento, pensando en su propio
futuro antes que en los hechos y el análisis. Hollande rápidamente instauró el
estado de excepción y ordenó bombardeos masivos en Siria. Lo del estado de
excepción ya la había dado muchos réditos en el atentado de Charlie
Hebdo y es
una medida muy popular en casos de pánico generalizado en los cuales, ya lo
dijo Joseph Göbbels, se adopta el Principio de simplificación y
del enemigo único: Adoptar una única idea, un único símbolo e individualizar
al adversario en un único enemigo. Además así se pueden realizar
determinadas acciones que deberían haberse hecho antes y pueden llevarse a cabo
sin mostrar demasiado respeto con leyes existentes. Lo de bombardear el feudo del DAESH
es la aplicación de otro principio göbbeliano, el Principio de la transposición: Cargar
sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con
el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan”. Realmente, ¿esos bombardeos han sido efectivos o es un
castigo similar al que sufrieron los alemanes cuando se bombardeó Dresde sin
otro motivo que la venganza por los bombardeos de Londres? Los belgas, acusados
con saña de ser el paraíso yihadista en Europa deciden mantener Bruselas cinco
días cerrada sin que se sepa aun cuales han sido los motivos reales, porque no
hay noticia de que se haya encontrado alguna bomba colocada ni de que se haya
detenido a algún comando con explosivos en el cuerpo o una mochila explosiva a las espaldas,
pero así ya han demostrado su compromiso y eficacia. Los rusos, mejor Putin, que aprovechan la coyuntura
y bombardean todas las fracciones contrarias al régimen de Bashar al-Asad y de
paso se demuestra que el término terrorista es tan ambiguo como lo que combate
cada nación en se territorio. Es evidente, que turcos y rusos tienen objetivos
muy diferentes. En España, el presidente Rajoy que no sabe
si mandar aviones y tropas porque hay elecciones y los envíos de soldados son votos; el que
sea el último mono e Europa y occidente, ausente del calendario de giras y
visitas del gran líder francés, ahora le preocupa poco, siempre podrá
rectificar si gana y apoyarse en alguna resolución a la carta de alguna institución
de burócratas financiada por la OCDE. Al final el atentado de París va a servir
para que en el mundo occidental se aplique otro principio de la política de
Göbbels, Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente
que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Es cierto que el tema de los territorios
de la antigua Mesopotamia es una crisis importante, que estamos ante un
problema de difícil solución pero que, como ya he comentado en otro artículo
de este blog,
tiene su origen en otras causas y que sólo con la fuerza no se va a resolver.
Hay que ir a los orígenes e intentar buscar soluciones dentro de la negociación
(aunque evidentemente haya que eliminar a las alimañas y a los que impiden que
este problema se pueda solucionar, pero esos no son sólo los que ponen las
bombas y ametrallan inocentes, aunque éstos también lo sean). Sería bueno saber
porque otros países de la zona están mudos y escondidos cuando muchos de estos
movimientos han nacido allí, por ejemplo Arabia Saudita, quizás uno de los
mayores culpables de todo el proceso y, que debido a la riqueza que alberga su
subsuelo, todo el mundo evita nombrarla no vaya a ser que suba el petróleo.