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martes, 4 de octubre de 2016

Refugiados en Europa, sigue la parodia.

El día 6 de Octubre del 2015, publiqué en este mismo blog el siguiente comentario: "Refugiados. La hipocresía europea". Hoy, transcurrido un año desde entonces le voy a dar una vuelta al tema. 

Sin renunciar a pedir que alguien me explique cual es la diferencia entre las personas que vienen huyendo de la guerra en Siria, Irak o Afganistán o la de las personas que vienen huyendo de las masacres, genocidios y guerras de Guinea, República Centroafricana, Sudán o Nigeria e incluso de las múltiples guerras que existen en lo que antes era un país -Libia- y lo que hoy es un grupo de territorios. En este comentario me ceñiré única y exclusivamente a los refugiados que vienen huyendo de las guerras en Oriente Medio y/o Afganistán.

Europa sigue teniendo un grave problema con los refugiados y sigue sin saber como afrontarlo. Esta semana se ha producido no solo el bochornoso espectáculo húngaro, en el que la mayoría de los votantes han rechazado la acogida de refugiados según el plan europeo de reparto de cupos y al que sólo un tecnicismo le quita validez legislativa, sino también la decisión danesa de controlar el flujo de refugiados. En el Pais del 01/10/2016 se puede leer: “El Gobierno liberal danés se ha propuesto cerrar todos los caminos posibles de entrada al país a los refugiados que buscan en este rincón nórdico comenzar una nueva vida. Prisión incondicional durante dos semanas, uso de la fuerza, devolución en la frontera y zonas donde residen aquellas personas cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas inundadas de presencia policial serán algunas de las medidas que, tras ser negociadas con los demás partidos y superar la votación en el Parlamento este otoño, el Ejecutivo danés aplicará a los más de 27.000 solicitantes de asilo que entraron en el país durante el último año y medio”. Además, se ha publicado en Dinamarca el manual: “Una Dinamarca fuerte: controlando el flujo de refugiados” donde se insiste en que la ayuda debe producirse fundamentalmente en el propio país de origen de los refugiados para impedir flujos de emigrantes desproporcionados: “The Government is working to ensure that refugees and internally displaced people as far as possible are helped in their regions of origin.” o “We must also do our part to provide help in other countries. We must help in the regions of origin where the need for our help is greatest”. Es decir, el rechazo más o menos disimulado se va extendiendo por Europa de una forma progresiva pero imparable.

El caso húngaro es demostrativo de que el efecto llamada que se produjo en su día desde algunos países europeos – fundamentalmente Alemania – ha tenido consecuencias humanitarias desastrosas y ha sacado algunos de los peores instintos de la raza humana. Este vídeo, en el que se ve como policía húngara maltrata y devuelve a refugiados que siguen intentando cruzar la frontera es bastante explícito:



Pero no se trata en este comentario de demonizar a daneses o a húngaros sino de estudiar cual ha sido la actitud de Europa con los refugiados y analizar si existe una política europea común y un interés real por el tema más allá de discursos  autocomplacientes y firmas de acuerdos para sacar fotos. Es bien conocido que tras los primeros flujos migratorios de refugiados y ante el panorama sombrío que se avecinaba, la Unión europea elaboró un protocolo de acogida de refugiados en el que se estableció en Junio de 2015 un número de 40.000 refugiados a repartir en varios países según unas cuotas establecidas. El reparto quedó según se indica en el gráfico siguiente:

 

Posteriormente, en Septiembre de 2015. La comisión volvió a pedir un nuevo esfuerzo de acogida para reubicar a 120.000 refugiados que ya estaban en territorio europeo, Estas 120.000 personas se encontraban en Francia, Grecia y Hungría y la propuesta de la comisión Europea de reubicación fue:



Aunque ha habido más propuestas de la comisión, creo que estas han sido las dos principales. Al final, ni se está cumpliendo el tema de la reubicación, ni se han trasladado a los teóricos  países de destino al número de refugiados asignados ni nada de nada. Todo se ha quedado en papel mojado. España, en Septiembre de 2016, según varias fuentes ha acogido aproximadamente a unos 480 refugiados de los 17.387 que se comprometió a acoger. El resto de países han ido poniendo trabas varias: desde problemas de seguridad hasta legislaciones propias pasando por referéndums o falta de infraestructuras. Sólo por recordar; si la votación en lugar de Hungría se hubiese hecho en Holanda donde sólo se exige un 30% de votantes habría sido válida. ¿Realmente los mandatarios europeos tuvieron alguna vez convicción de que iban a aceptar a ese número de refugiados? No, sino jamás se hubiese firmado el acuerdo con Turquía de comprarderechos con dinero. Y además, en las mismas fechas en que se aprobaba ese nuevo reparto ya hubo muchos países que se manifestaron en contra.

Hasta aquí un poco la historia de lo que ha pasado recientemente y ahora voy a intentar juzgar un poco el tema. La primera pregunta que es necesario hacerse es: ¿Era necesario un nuevo acuerdo de acogida a refugiados cuando en Europa y en la comunidad internacional hay abundante legislación y convenios que se podrían aplicar en este flujo de refugiados? ¿Para qué han servido todos esos acuerdos si al final la solución ha sido comprar a Turquía para que ese país sirva de frontera y campamento – o cárcel – de refugiados?.

De todos los países con cuotas el único que ha cumplido con el número asignado es Alemania. Esto es que los alemanes son “más acogedores”  que el resto de los europeos. Es evidente que no y basta repasar los continuos altercados entre refugiados y autóctonos, las diversas manifestaciones en contra de la acogida de refugiados o los resultados de las últimas votaciones en ese país. Además hay que recordar que inicialmente todos los refugiados aspiraban a llegar a Alemania cual paraíso (algo parecido a la emigración a América tras la segunda guerra mundial). También se debe recordar que muchos países vallaron, impermeabilizaron o cerraron sus fronteras para impedir ese tránsito de refugiados hacía Alemania originando un problema en su propio territorio y el ejemplo más cruel y bochornoso son los países balcánicos o Hungría.

Pero no le voy a echar toda la culpa a los políticos y voy a extender las preguntas a los ciudadanos. ¿Realmente los ciudadanos europeos queremos a los refugiados al lado de nuestras viviendas?. Sí, esa es la pregunta. Todos somos ejemplares respondiendo a preguntas como: ¿Crees que tú país debe aceptar a los refugiados? ¿Estás dispuesto a que haya espacio para los refugiados en Europa?. Pero después pasa como con las cárceles, las depuradoras, los vertedero o los aeropuertos que nadie los quiere al lado de su casa porque son molestos, huelen mal, hacen ruidos, traen delincuencia, etc, etc. Es cierto que hay ciudadanos, organizaciones, ayuntamientos o comunidades que han puesto a disposición de los refugiados pisos, centros de trabajo medios o escuelas a disposición de los refugiados; pero también es cierto que son los menos y que incluso algunos de ellos lo han hecho por razones puramente políticas o de propaganda. Tampoco se debe olvidar que en algunos de los países de la Unión Europea existen ciudadanos que lo están pasando mal o muy mal y que si con los refugiados se tienen determinadas consideraciones quizá con esos ciudadanos habría que tener cuando menos las mismas y por mencionar algunas cita el derecho a una vivienda digna, el derecho a la educación o el derecho al trabajo. Si repasamos las últimas encuestas e informaciones sobre el tema, la conclusión es evidente: Una encuesta revela que para los europeos las olas de refugiados suponen más terrorismo y menos empleo. La mitad o más de los entrevistados creen que los refugiados aumentarán la posibilidad de que el terrorismo sacuda su país. En los 10 países encuestados, una media del 48% expresa una opinión desfavorable sobre los gitanos en su país frente al 43% general hacia los musulmanes. El 82% mantienen esta posición en Italia, mientras que seis de cada diez o más dicen lo mismo en Grecia, Hungría y Francia. La opinión negativa sobre los gitanos ha subido desde 2015 y 6 en Alemania. Es decir, que además la presencia de refugiados aumenta el racismo y la segregación de la sociedad.


Incluso en una revista tan seria como Science se ha tratado el tema con entrevistas a 1000 personas que pueden votar en 18 países de la Unión Europea y el resultado que se ha obtenido es que los porcentajes de aceptación de buscadores de asilo sería el siguiente:

3 comentarios:

  1. Nos rasgamos las vestiduras porqur Trump quiere levantar un muro y aquí, sí en Europa, surgen como setas. JQ

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  2. Oh, sí, debemos acogerlos, como somos tan culpables de lo que pasa y los refugiados vienen a beneficiarnos tanto... De la alta criminalidad de los refugiados, de los males que generan, no dices nada. Ni mencionaste los sucesos de Koln.
    Que se los queden los turcos y los atiendan con el dinero europeo, a los turcos no van a atacarlos por xenofobia, y turquía es uno de los culpables directos de la guerra siria.

    A ver chaval. Tú le abrirías la puerta de tu casa a cualquiera? El exmarido de mi madre llevó a su casa a unos pobres y le robaron.
    Mi familia pasó por un proceso de islamización, sé de primera mano los conflictos que produce el choque entre modos de pensar.
    Anda a hacer propaganda a la globalización a otra parte.

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    1. Buenas tardes Nerimane. Antes de responder a su comentario un par de cuestiones. Lo he publicado por educación, aunque usted demuestra tener poca. No sé de donde ha sacado que sea un chaval ni que haga prpaganda de la globalización y, dado su comentario, dudo que haya leído la entrada en su totalidad.
      Ni tan siquiera he expresado mi opinión, me he limitado a poner en el artículo datos objetivos de lo que la U.E. decidió en su día por propia iniciativa. Es cierto que la llegada masiva de refugiados o emigrantes plantea numerosos problemas de orden público y convivencia pero fue Europa la que los aceptó de principio. Los europeos - que tras la segunda guerra mundial emigramos masivamente a América y los españoles, que en muchas de sus comunidades hemos sido somos emigrantes perpetuos sabemos mucho de ello y también de como comportarnos en los países que nos acogen. Ahí está la cuestión, si se acepta un número de emigrantes/refugiados lo que hay que hacer es acogerlos y decirles claramente cuales son la leyes que deben respetar y, si no las cumple o respetan, tratarlos como a unos delincuentes más. Pero también es cierto que no podemos construir muros impenetrables porque a nosotros también nos toco emigrar y nos acogieron. Mencionar casos concretos como los de Colonia, Zurich, Estocolmo u otros es echar gasolna al fuego. Si después de la segunda guerra mundial en Europa se p`rodujo una reconstrucción absoluta con ayuda extranjera - fundamentalmente norteamericana -, ahora habría que hacer lo mismo en Oriente Medio cuando se acabe la guerra y así la mayoría de los refugiados volverían a sus países de origen.
      Lamento sus malas experiencias en acogimientos o islamizaciones. Yo le podría decir lo contrario, tengo amigos musulmanes que son unas excelentes personas.

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